(Montse Badás Escudero, 1º Bach. A)
El tabaco, como las drogas o el alcohol, es uno de los mayores problemas que existen para la salud en nuestros días. Muchos fumadores saben de las consecuencias y peligros que tiene para nuestro organismo, y aun así siguen fumando. El tabaco crea adicción ya que está compuesto por nicotina.
Fumar es malo porque los pulmones se vuelven negros. Las consecuencias son: bronquitis, asma y sobretodo, cáncer de pulmón. En los fumadores los dientes tienden a mancharse gradualmente por la acción de la nicotina y el alquitrán. En la boca se producen también varias enfermedades como caries, disminución de las sensaciones del gusto y el olfato, mal aliento, enfermedad periodontal, cáncer de la cavidad oral o cáncer de labio.
También si una mujer embarazada fuma, el hijo/a también estaría tomando tabaco. Además, afecta a las personas que inhalan el humo, serían los llamados fumadores pasivos y en cuyo caso también existe riesgo de enfermedad o muerte.
Ademas también el consumo de tabaco supone un gasto económico enorme. Ya que tan solo una cajetilla ronda los cinco euros, si hacemos cuentas al año, consume un gasto importante que puedes destinarlo a otras necesidades y no a un vicio.
En conclusión, de alguna manera, intentaremos entre todos que haya un mundo sin tabaco porque además de que no aporta nada bueno para nuestra salud resulta un gasto innecesario para nuestro bolsillo.
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